¿Son todas las mujeres infieles? (¿O ninguna lo es?)
Empezamos directamente con los disclaimers, que no queremos que a ningún fanático de la dictadura de la corrección política le hierva la sangre.
Si hoy vamos a hablar de infidelidad femenina es porque el 99% de los lectores de este blog son hombres y porque hay muchos de ellos a los que les preocupa este tema (y porque también hay muchos otros a los que este tema les preocupa demasiado poco).
Y que quede claro, al hablar de infidelidad femenina no estamos negando que también exista la infidelidad masculina. Como ya hablamos en este artículo, hombres y mujeres son igual de infieles por naturaleza, y el único motivo por el que hoy en día hay más mujeres infieles que hombres es que hoy ellas lo tienen mucho más fácil para serlo.
Por otra parte, en el artículo de hoy voy a contar tres historias personales, y es necesario recordar que si a nadie le molesta que las mujeres compartan sus historias en sus portales web, en las que hablan de hombres infieles y mentirosos, o historias en las que se suelen incluir burlas sobre el tamaño de los penes de los guaperas con los que follaron o sobre su pobre desempeño sexual, a nadie debería molestarle tampoco que los hombres hablemos de nuestras cosas en nuestras webs, ¿no?
¿O es que esto es algo que solo se le va a permitir al 50% de la población?
Ok, pues hecha esta introducción tan innecesaria como obligatoria, vamos ya con el artículo de hoy.
Sobre el tema de la infidelidad, hay hombres que no lo acaban de tener claro
Parece que desde que las cosas están mejorando con el tema del covid-19, muchos hombres se están animando a buscar cositas en Google sobre cómo ligar, sexo y relaciones, y están llegando muchos nuevos lectores a ComunidadRedPill. Y por lo que estamos viendo, sobre el tema de las infidelidades los hombres suelen posicionarse en puntos de vista muy opuestos.
Por un lado están los que, después de tomar la Red Pill y de descubrir todo lo que la sociedad les había estado ocultando, se ponen demasiado pesimistas y empiezan a pensar que tener una relación es como desactivar una bomba. O sea, que cualquier pequeño error que cometas puede hacer que te explote en la cara.
Muchos incluso llegan a decir que no vale la pena tener relaciones si van a estar todo el día preocupados por cagarla o por si ella les va a poner los cuernos a pesar de que ellos no hayan cometido ningún error.
Luego están los del otro extremo, los que nos dicen que están totalmente de acuerdo en lo que decimos sobre lo que atrae a las mujeres, pero al mismo tiempo nos dicen que, una vez se ha iniciado la relación, ya te puedes relajar totalmente y empezar a comportarte como un hombre blandengue que no va a pasar na’.
Y la prueba que nos dan para demostrarnos que la vida es de color de rosa es que conocen un montón de parejas en las que el tío es un betazo de cuidao y que aun así la relación va viento en popa.
Ok, pues he de decirte que ambos extremos están equivocados, aunque el artículo de hoy va dedicado especialmente a los del segundo grupo. Porque estos hombres que están convencidos de que una vez has iniciado la relación ya da igual cómo te comportes, lo que no han tenido en cuenta es que existe La sociedad secreta.
O sea, esas relaciones que parecen perfectas, quizás no lo sean. Mientras que la inmensa mayoría de la gente cree que hay ciertas cosas que no suceden nunca, éstas cosas están sucediendo a diario sin que prácticamente nadie se entere. Y para ilustrar el concepto, voy a contarte tres historias sobre tres chicas que conocí el año pasado usando mi perfil sexual mágico de tinder.
Carolina y su novio sumiso
El año pasado pasé un mes completo en Madrid. Alquilé un apartamento muy cerquita del metro de Gran Vía y bueno, pasaron muchas cositas.
Una de las primeras chicas que conocí fue Carolina, una chica madrileña de 22 años con la que tampoco hablé demasiado antes de quedar. Parece que lo que Carolina vio en mi perfil de tinder y lo que le comenté por el chat le cuadró bastante, y al día siguiente quedamos en la calle, justo delante de mi portal.
Nada más nos encontramos, le dije a Carolina que si le apetecía que nos tomáramos unas cervezas en mi piso (en lugar de ir a un bar), y ella me dijo que sí
Y fue ahí cuando nos empezamos a conocer.
Carolina es estudiante y deportista federada, o sea que es una chica súper ocupada, siempre está en clase o entrenando. Además, es una chica muy dulce al hablar y da la impresión de que quiere ser muy discreta al vestir. Entra perfectamente en la categoría de lo que sería una “chica buena” para muchos Blue Pillers. La típica chica que cualquier hombre que no se entera pensaría que es “solo de relaciones serias y nada de polvos de una noche”.
A los 30 minutos de habernos conocido ya estábamos teniendo sexo, y además sexo de lo más pervertido, (siento no poder darte más detalles).
Nada más terminar, cuando estábamos los dos tumbados en mi cama ella me soltó la bomba. Fue más o menos así “¡Ah!… tengo que decirte una cosa… tengo novio…”. LOL. Yo le pregunté si él sabía que habíamos quedado, porque tal y como está el país, me espero cualquier cosa, y me dijo que no. Me dijo también que para ella el amor y el sexo son dos cosas muy diferentes, que ella ama a su novio, pero que no disfruta del sexo con él y que por eso solía quedar con muchos tíos de tinder.
Le pregunté que por qué no disfruta del sexo con él y me dijo que su novio era sumiso, y que para ella era imposible disfrutar del sexo que a él le gusta.
Unos días más tarde tuvo lugar en Madrid ese macro evento que sucede en el mes de marzo y que no vamos ni a nombrar, pero que seguro que sabes cual es, y al día siguiente Carolina subió a su estado de WhatsApp una foto con su novio, los dos en dicho evento, sujetando una pancarta muy reivindicativa…
Y no recuerdo su cara, pero sí recuerdo esa sensación de, joder este pobre chaval tiene cara de no tener ni la más mínima sospecha de la realidad de su relación, e imagino que los amigos de la pareja igual. Estoy seguro de que para todo el mundo ellos siguen siendo la pareja perfecta.
María y su novio, que creo que tampoco se ha enterado de la película
María era una chica andaluza de 25 años morenaza y muy atractiva. Eso sí, con María en ningún momento tuve las buenas sensaciones que sí tuve con Carolina. Con María había algo que no cuadraba, era como si estando conmigo no fuera del todo ella misma.
Pero bueno, era una chica muy simpática y físicamente me encantaba. Mi tiempo en Madrid se acababa, ella lo sabía y queríamos pasarlo bien.
La primera cita no fue muy distinta a la que tuve con Carolina, ya sabes, seguí el guión, y al poco tiempo ya estábamos teniendo sexo en mi apartamento. Pues bien, el sexo con María fue tan intenso, que si hubiera sido un Blue Piller, habría cancelado todos mis planes de viajes (perdiendo un par de miles de euros) solo por seguir con ella.
Pero no, no me la jugué así. ¿Te imaginas la cara de gilipollas que se te debe quedar después de perder esa pasta (y las experiencias que habrías vivido en esos viajes) y que luego a los dos días ella te dé la patada?
No me arriesgo a eso ni loco. Lo que sí que haría sería volver a Madrid después del verano para tratar de volver a verla.
Algo importante es que, aunque no me dio mucha información, María me dijo que estaba en una situación económica complicada y que casi no podía pagar el piso compartido en el que vivía, y me dijo que estaba pensando en meterse a “masajista”. Yo no quería entrometerme, pero no me entraba en la cabeza que una chica de 25 años tan atractiva no pudiera encontrar trabajo… Conozco muy bien Madrid y sé que eso es directamente imposible.
Le hablé de algunas opciones que yo conocía, por si ella no había caído en ellas, pero no le interesaron ni lo más mínimo. Parecía que María solo estaba interesada en trabajos extraordinariamente bien pagados. Yo no entendía nada.
Unos meses más tarde le escribí, le pregunté qué tal y me dijo que mal. Me dijo que como no encontraba trabajo, al final había dado el paso y se había metido a trabajar para una web de prostitutas de lujo… y me dio algunos detalles más que no voy a comentar aquí.
Yo le dije que iba a pasar por Madrid y le pregunté si le apetecía que nos viéramos, y ella me dijo de una manera bastante borde que NO. Me dijo que tenía novio desde hacía tiempo y que no le volviera a escribir nunca más.
Yo entendí que lo del novio solo era la excusa y que simplemente no me quería ver más. Sin problemas.
Pero poco tiempo después, echando un vistazo a mis contactos de whatsapp vi su foto de perfil… en ella aparecía María besándose con su novio en la playa. El novio era un tío todo promediazo y con pinta de Blue Piller total, y de manera instintiva pensé, joder, este debe ser de los Blue Pillers más suertudos de España…
Pero una décima de segundo después caí en que, bueno, igual no era tan suertudo ese chaval. Y es que no podemos dar por hecho lo que sabía o lo que no, pero lo que no me puedo ni imaginar es cómo se debe sentir uno si después de meses (o años) saliendo con tu novia, te enteras de que ella lleva todo ese tiempo follando con docenas de desconocidos a cambio de dinero.
Y al igual que en la historia anterior, lo más seguro es que ni el novio ni ninguno de los amigos de la pareja sospeche ni un poco de lo que está sucediendo. Viendo su foto de WhatsApp cualquiera diría que son otro ejemplo de pareja perfecta, otro ejemplo de que una vez la relación empieza, todo va genial.
(Y para todos los fanáticos de la dictadura de la corrección política, aclarar que no me parece mal que María haga lo que quiera con su vida y con su cuerpo. Ella es totalmente libre y aquí no la vamos a juzgar. Pero sí que me parecería mal que tuviera este trabajo y se lo ocultara a su novio. Ya han salido varios casos de este tipo en Estados Unidos en los que los novios sufrieron muchísimo, y no me extraña).
Laura y su novio proveedor, que tampoco se entera
Pues la historia empieza igual, conozco a una chica usando mi perfil sexual mágico de Tinder, quedamos, nos tomamos unas cervezas y luego acabamos en mi apartamento teniendo sexo.
Aquí lo importante son dos cosas, la primera que Laura en Tinder tenía una foto de perfil en la que no se le veía la cara, y la segunda es que me contó todas sus fantasías sexuales, aunque también me dijo que lo que más le apetecía en ese momento era que la follaran bien, que había estado saliendo mucho tiempo con un tío que no era capaz de empotrarla como a ella le gustaba y que eso era lo que más deseaba en ese momento.
Bueno, pues lo hicimos todo, las fantasías y lo que ella tanto deseaba.
Cuando terminamos de follar Laura me preguntó si podía quedarse a dormir conmigo y le dije que por supuesto. Yo dormí con camiseta y pantalón corto y ella desnuda abrazada a mí. Fue muy cariñosa, y te cuento esto porque creo que es importante para la historia.
Al día siguiente Laura se tuvo que levantar a las 6 de la mañana para irse a trabajar y yo desde la cama no podía dejar de meterle mano mientras ella se vestía. Casi acabamos follando otra vez, pero no había tiempo. Media hora después me escribió un mensaje dándome las gracias por el polvazo y por dejarle que se quedara a dormir, y me dijo que quería verme en dos días, antes de que me fuera de vacaciones.
Al día siguiente le escribí para vernos en mi último día en la ciudad, pero ella me dijo que no podía por algo que parecía ser una excusa. Yo le dije que ok, que sin problemas. Una pena, porque me lo pasé muy bien con ella.
Y al día siguiente cogí un vuelo con David y nos fuimos a la playa de vacaciones.
Pasamos una primera noche genial y a la mañana siguiente, mientras estábamos en la terraza del hotel poniéndonos ciegos con el buffetito libre del desayuno, me pregunta David, ¿esa no es la tía del otro día? (él la había visto y sabía perfectamente cómo era), me giro y… joder era ella… Laura había venido de fin de semana romántico con su novio justo al mismo hotel que nosotros, LOL.
Laura y su novio cogieron la comida y se sentaron en la mesa de enfrente, crucé la mirada con ella y la apartó rápidamente, y nunca más volvió a mirarme.
Y ahí me di cuenta, Laura no tuvo un novio que no se la follaba bien, ¡sino que seguía saliendo con él!
Y yo no podía dejar de pensar en el pobre chaval. Imagínate que te llevas de vacaciones a tu novia a varios cientos de km de distancia, por supuesto pagas tú, y acabas desayunando en un sitio en el que en la mesa de al lado hay un tío que folló con ella dos días atrás, y todo sin que tú sospecharas nada en absoluto…
Pero espera, que la cosa no acaba aquí. Cuando volví a la habitación escribí a Laura y bueno, me dijo que no me había visto (mentira). Luego me dijo que se iban en un par de horas a otro hotel, porque querían visitar otra parte de la ciudad, y me dijo que era una pena que nos hubiéramos dado cuenta tan tarde de que estábamos en el mismo hotel… que le habría molado mucho escaparse en la noche anterior para venirse 5 minutos a mi habitación a echar un polvazo rápido…
Y en este, como en los dos casos anteriores, estoy seguro de que ni el novio ni ninguno de los amigos de la pareja sospecha de que este tipo de cosas están sucediendo. Cualquiera que los viera de fin de semana romántico diría que son la pareja perfecta.
Conclusión
Si eres de los que cree que puedes coger las cositas de la Red Pill que te cuadran e ignorar las que no te cuadran, no, ya has visto que no se puede.
En los tiempos que corren, si en tu relación te comportas como un calzonazos Blue Piller y no te preocupas de aprender cómo darle placer sexual a tu novia, en cualquier momento podría pasarte algo parecido a lo que les ha pasado a los hombres de estas historias, y lo peor es que ni siquiera tendrías la más mínima sospecha de nada.
Ahora bien, hay cosas que debes tener en cuenta.
Cuanto más grande y postmoderna sea tu ciudad y cuanto más expuesta al postmodernismo esté ella (o tú), más posibilidades habrá de que estas cosas puedan suceder. Y es que estoy seguro de que en ciudades o pueblos pequeños y tradicionales todavía hay relaciones Blue Pill en las que él es de físico promedio o del montón y es sincero, detallista y fiel, y ella está encantada de la vida…
Incluso en ciudades grandes y a partir de cierta edad todavía hay relaciones Blue Pill que funcionan de maravilla.
Pero si tú vives en una ciudad grande y postmoderna y eres joven (o te interesan las chicas jóvenes), no puedes seguir tragándote la película de Disney. Ya no.
Aunque también es importante que sepas que estas cosas, en el 95% de las ocasiones solo le suceden a hombres Blue Pillers que en su relación se han comportado como el buenazo de Hollywood y que follan como si fueran Tom Hanks en una peli romántica. Ese comportamiento de bajo estatus y un mal sexo son lo que hacen que te pierdan el respeto.
Pero si tú en tu relación te comportas siempre como un hombre de ESTATUS y te preocupas de aprender cómo hacer que ella disfrute en la cama, estarás minimizando al máximo las posibilidades de sufrir una infidelidad.
Y recuerda, comportarse como un hombre de estatus no tiene nada que ver con fingir ser alguien que no eres, sino que se trata de incorporar una serie de actitudes y comportamientos a tu vida que, una vez asimilados, formarán parte de ti. O sea, que en tu relación siempre serás tú mismo, y no tendrás que preocuparte por nada en absoluto ni ver fantasmas de infidelidad por todas partes.
Y si al final eres de ese 5% que a pesar de hacer las cosas de la manera correcta te ponen los cuernos o ella directamente te da la patada, pues mira, que le den. Si le ha pasado a Will Smith, ya nadie está a salvo. Y si realmente sabes cómo hacer las cosas de la manera correcta, tendrás opciones ilimitadas, así que no tendrás problemas en conocer rápidamente a otra o a todas las que quieras.
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