Luigi Domenico

Mi primera cita con una chica de Tinder (muy NERVIOSO, pero con final FELIZ)


Si eres un visitante asiduo de este nuestro blog, recordarás la historia de Jorge, aquel chico promedio o del montón de 34 años que después de mucho tiempo pasándolo muy mal con el tema mujeres, decidió asistir a uno de nuestros talleres de seducción, tomar la RED PILL y cambiar su vida.

Como ya te conté, Jorge nos envió un montón de capturas de pantalla en las que nos demostraba que nuestras rutinas para ligar por Tinder funcionaban (puedes verlo aquí) y, además, también nos envió un par de artículos en los que nos contaba cómo ligó con un par de chicas gracias a nuestros consejos.

Hoy voy a compartir contigo el primero de ellos y me gustaría que lo leyeras. En él vas a poder comprobar que a pesar de ser un hombre promedio o del montón, estar muy nervioso y de cometer algunos errores, si en general haces las cosas de la manera correcta y te muestras como un hombre diferente y que sabe hacer que las cosas sucedan, lo normal es que haya final feliz.

Te dejo con él…


La primera cita de Jorge con una chica de Tinder

Era la primera vez que quedaba con una chica que había conocido por Tinder y la verdad que estaba muy nervioso. Recuerdo que iba caminando al lugar donde habíamos quedado y sentía que me temblaban las piernas. Por un momento hasta me entraron ganas de salir corriendo e irme para casa…

Pero me paré y pensé en lo que me dijeron en el taller, y especialmente en una frase que me dijo Luigi… “no tiene sentido tener miedo, es solo una mujer, no un dragón que escupe fuego” (me repetía una y otra vez). Así que me armé de valor y para allá que fui con decisión.

Era mi primera cita, y a pesar de que me había estudiado a fondo todos los pasos que tenía que dar para que ella me deseara y tuviéramos sexo, cometí varios errores que hicieron que la noche no terminara como yo habría querido, aunque te adelanto ya que en la segunda sí hubo final feliz 😉

Sabía que tenía que empezar con el contacto físico lo antes posible, y que nada más conocerla era la oportunidad perfecta de empezar a trabajarlo. Yo había preparado el primer encuentro de tal manera que ella sabía que nada más vernos le iba a dar un fuerte abrazo (truco que me enseñó Luigi), y después sería mi oportunidad para cogerla de la mano o la cintura y dirigirla a donde íbamos a tomar algo. Esa era la idea.

Pues bien, yo llegue allí, le di un fuerte abrazo como ya le había dicho por WhatsApp y cuando la cogí de la cintura, noté que ella también me cogió de la cintura a mí. Todo fue perfecto… a excepción de que, inconscientemente, yo me sentía tan nervioso que enseguida la solté.

Ella también se soltó y por culpa de mi error perdí la oportunidad de hacer contacto físico durante el camino 🙁

Después de esto, llegamos al bar en el que íbamos a tomar algo, me senté a su lado para poder continuar con el contacto físico mientras hablábamos de nuestras vidas (como siempre me recomendaron) y empezamos a hablar sobre cosas normales (yo seguía muy nervioso, por cierto).

Después de un rato de confort, a pesar de yo estar todavía cagando un poco de vinagre por los nervios, me decidí a sacarme de la manga una de las rutinas que me enseñaron para introducir en la conversación el tema del sexo, a ver qué pasaba.

Me decidí por una rutina que me contó Luigi, la de la compañera de piso, ya que es una rutina que puedo aplicar muy bien, pues realmente por mi trabajo, viajo mucho y he tenido que compartir piso en algunos lugares a los que he ido a trabajar.

Pues bien, lancé mi rutina temeroso, sin saber muy bien que ocurriría y… cual fue mi sorpresa, cuando vi que a ella le encantó que la conversación tomara un giro de 360º, y pasamos de estar hablando de cosas normales, a hablar de nuestras experiencias sexuales… ¡y eso a ella le encantó!

De hecho, ella se sentía mucho más cómoda hablando sobre estos temas que yo.

Tengo que decir que las rutinas que me enseñaron son perfectas. Si las utilizas correctamente, puedes estirarlas y hacer la conversación todo lo sexual que desees.

De hecho, hasta donde tú quieras, a ellas les encanta hablar de sexo y sinceramente, por lo que he visto, las mujeres tienen muchas más fantasías sexuales que nosotros, y si sabes como conectar con ellas, se sentirán muy cómodas hablando contigo sobre lo que les gusta o lo que les gustaría hacer en la cama.

Después de esta primera rutina, nos fuimos a cenar. La verdad que nos sentíamos muy cómodos los dos y yo ya estaba maquinando cómo podría hacer que la cita terminara en mi casa. Y aquí fue donde vino otro de mis errores.

Tuvimos una cena normal, y durante la cena, solo estuvimos hablando sobre cosas normales. No saqué ningún tema de conversación que caldeara el ambiente. Creo que este fue el motivo por el que no ocurrió nada en la primera cita, la cosa se enfrió.

Después de cenar dimos un pequeño paseo y cada uno se fue a su casa. Yo me quedé un poco decepcionado la verdad, pero bueno, era la primera cita que tenía con una chica de Tinder y ya había sido todo un logro. Cometí algunos errores y esto hizo que al final nada sucediera. Ni siquiera la besé.

Lo bueno fue que los dos nos sentimos muy cómodos, así que mientras iba hacia casa, me prometí a mí mismo que si ella me daba otra oportunidad no la iba a desaprovechar.

Y justo después de la cita, nada más llegar a casa ella me escribió. Esto fue genial, tanto que ya en ese mismo momento le propuse una segunda cita y ella aceptó.

Quedamos justo para el día siguiente y la verdad, no tuve que hacer gran cosa. Creo que después de lo bien que lo pasamos juntos la primera vez, ella me tenía también muchas ganas a mí. Fue una cena muy normalita, yo estaba mucho menos nervioso y nada más salir del restaurante, ella se me abalanzó como si no hubiera un mañana y… bueno, pasamos una noche muy linda los dos en mi apartamento.


Mi opinión

No voy a hacer un análisis exhaustivo sobre la cita porque al fin y al cabo, solo sabemos lo que Jorge nos ha contado a través de este relato. Seguramente hubo otros factores que hicieron que la cosa acabara como acabó y de los que él mismo ni se percató. Pero sí me gustaría destacar un par de cosas.

En primer lugar, que a pesar de que él estuvo siempre muy nervioso, al final hubo final feliz. Muchos hombres evitan tener citas por miedo a que ellas noten sus nervios, y siempre se están poniendo excusas a sí mismos pensando que “ya tendrán citas cuando hayan mejorado su confianza”.

Tu confianza solo va a mejorar teniendo citas, así que debes empezar a tenerlas cuanto antes. Si estás nervioso, haz como Jorge e intenta que no se te note, y si se te nota, pues no te preocupes, porque después de unas cuantas veces se empezará a notar menos.

Luego, Jorge dice que cometió varios errores, pero desde mi punto de vista, solo hubo uno que puso en peligro sus opciones, y fue lo de ir a cenar después de que los dos estuvieran hablando sobre sexo.

Si eres seguidor de nuestro blog, ya sabrás que siempre decimos que las cenas son la peor opción para una primera cita. Lo mejor es siempre empezar yendo a tomar algo, hacer que el beso surja lo antes posible y luego, ya después del beso, decidir si vais a otro local, a cenar o ya directamente juntos a tu casa.

Jorge empezó bien, pero sacar el tema del sexo para luego enfriarlo todo yendo a cenar y sin todavía ni siquiera haberla besado, fue un error. Antes de ir a cenar hay que besarse, si no, corres el riesgo de acabar siendo un pagafantas (o un pagacenas) a lo First Dates.

Y sobre todo, el tema del sexo hay que sacarlo antes de ir a casa, no antes de ir a cenar. Eso sí que fue una gran cagada.

Al terminar la noche, Jorge le propuso la segunda cita nada más terminar la primera, lo cual suele ser contraproducente en la mayoría de los casos, pero está claro que esta vez funcionó de maravilla, por lo que no seré yo el que le diga que Jorge cometió un error al hacer esto.


Conclusión

Lo importante es que al final, las cosas son muchísimo más sencillas de lo que podrías imaginarte. Mostrarte como un tío diferente que sabe cómo hacer que las cosas sucedan no es difícil, solo has de saber qué pasos tienes que dar.

Y como has podido observar, no necesitas ser perfecto. Incluso cometiendo errores puede ser que haya final feliz para los dos. Jorge la cagó, sí, pero la chica lo pasó tan bien con él en la primera cita que fue ella misma la que se lanzó en la segunda.

Recuerda, Jorge es el mismo chico que fue rechazado miserablemente cuando intentó hacer daygame pero haciendo las cosas de la manera correcta, fue ella la que se abalanzó sobre él.

Ya ves cómo puede cambiar tu vida si te centras en hacer lo que tienes que hacer.

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