Luigi Domenico

La Blue Pill puede arruinarte la vida, sin que tú lo sepas- (Ejemplo)


El artículo de hoy nos lo ha enviado Alex, un lector que, después de haber dado unos cuantos palos de ciego (asistiendo a talleres de seducción de empresas Blue Pill), acabó descubriendo la verdad.

Y lo que descubrió es que da igual lo negro que lo puedas ver todo, que si dejas de hacer lo que NO tienes que hacer y te centras en lo que DEBES hacer, eventualmente los resultados van a llegar.

SIEMPRE.

El problema es no darse cuenta de que te han estado engañando y estancarte toda la vida en la Blue Pill.

Pero bueno, lo mejor va a ser que sea el mismo Alex el que te cuente lo que ha vivido, en qué se equivocó y lo que aprendió, que estoy seguro que te va a ayudar mucho (sobre todo si todavía sigues un poco en la Blue Pill). Te dejo con él…


La historia de Alex

¡Hola! Me presento. Me llamo Alex, tengo 25 años, soy originario de Madrid y en los últimos meses las cosas me van muy bien a nivel de relaciones. En los últimos tiempos he conocido a bastantes mujeres interesantes y estoy empezando una relación (abierta, de momento) con una chica que me encanta.

Por primera vez en mi vida siento que tengo el control de mi vida sentimental y sexual, y David y Carlos me han pedido que escriba un artículo para Comunidad Red Pill contando mi historia.

Mi intención con este artículo es ayudarte a que puedas evitar algunos de los errores más graves que yo cometí y ayudarte también a que te centres en lo verdaderamente importante para que puedas conseguir resultados de verdad.


La hostia en la cara que me dio la posmodernidad

Después de tres años con un chica, acabé rompiendo con ella. Durante el tiempo que estuvimos juntos cogí peso y descuidé mi imagen, y empecé a mostrar de nuevo gran cantidad de comportamientos típicos de los hombres de bajo estatus.

Sin embargo, durante los siguientes meses no tuve demasiados problemas con las mujeres, ya que pasé medio año viviendo en un país de Europa del Este, donde actuando con total normalidad conseguí empezar otra mini relación con una de las chicas más atractivas que había visto hasta ese momento.

El problema llegó cuando me tocó volver a España, en febrero de 2016. La posmodernidad ya había llegado a nuestro país con toda su fuerza y de repente me encontré con que mis antiguos círculos sociales se habían desvanecido, por lo que no podía utilizarlos para conocer mujeres. Además, había probado a hacerme un perfil en Tinder con un par de fotos que tenía en el móvil, y no había conseguido ni un solo “match”.

Después de mucho pensarlo, decidí apuntarme a un taller de daygame que se impartía en Madrid, que me había recomendado un conocido. En él, un instructor extremadamente atractivo nos contó a otro alumno y a mí que lo más importante para poder ligar con desconocidas por la calle era transmitirles emociones positivas, hacerlas sonreír, pasárnoslo bien y ser nosotros mismos.

Yo, al ver lo bien que respondían las mujeres con las que este instructor iniciaba conversaciones, le creí totalmente.

Durante los seis meses siguientes, comencé a salir de forma bastante habitual a hablar con desconocidas por la calle, a la vez que empezaba a cuidar mi físico y mi aspecto. Esto era algo que me robaba mucho tiempo y que me hacía pasarlo muy mal, pero en mi mente no tenía otra opción, por lo que seguí haciéndolo sin descanso.

En seis meses de daygame, conseguí exactamente CERO citas, besos o sexo.


Cómo caí aún más en el pozo de la blue pill

“No puede ser”, pensé. “Tengo que estar haciendo algo mal. Los instructores a los que he visto consiguen muy buenos resultados; debe estar fallando algo de mi técnica”. Así, después de ahorrar un tiempo, decidí apuntarme a otro taller mucho más caro con la misma empresa, en el que teóricamente íbamos a aprender cómo convertirnos realmente en seductores del más alto nivel.

En el taller, impartido cómo no por un hombre muy atractivo, básicamente se decía que “teníamos que ser nosotros mismos”, “comportarnos de manera honesta”, “hacer reír a las chicas” y “demostrarles nuestro interés abiertamente”.

Después de las clases teóricas, algunos de los instructores (curiosamente los más guaperas de todos) acompañaban a los alumnos a abordar a mujeres, tanto de día como de noche, mientras que los profesores menos agraciados se quedaban atrás porque “eran expertos en juego interno”.

A mí todo esto me olía un poco a chamusquina, pero había pagado mucho dinero por el taller y decidí intentar aprovecharlo al máximo. Con algunos de los otros alumnos que conocí allí, empecé a salir una o dos veces por semana a hacer, tanto daygame como nightgame, aplicando las “técnicas” y consejos que había aprendido allí.

Durante los seis meses siguientes de esfuerzo y trabajo duro, solo conseguí una cita, que por cierto terminó con la chica diciéndome que había sido la peor cita de su vida y que por favor no volviese a llamarla.

Aparte de esto, me di cuenta de que cuando “era honesto”, “me comportaba como yo mismo” o “mostraba mi interés abiertamente”, las chicas no solo me rechazaban, sino que me trataban con verdadero ASCO.

A nivel emocional, esta fue una de las épocas más duras de toda mi vida.


Y entonces… tomé la Red Pill

A principios de 2017, decidí que algo no encajaba con lo que me habían contado, y empecé a investigar por Internet. No sé cómo ocurrió exactamente, pero encontré gran cantidad de blogs en inglés que hablaban sobre la Red Pill y de todos los conceptos que mencionan siempre David y Carlos.

A partir de ahí, decidí abandonar el daygame por completo, centrarme en mejorar mi aspecto y mi comportamiento y empezar a ligar por Internet.

En tan solo una semana siguiendo los consejos que había encontrado en páginas Red Pill en inglés, conseguí quedar con cuatro chicas distintas, aunque debido a que todavía me comportaba como un hombre de bajo estatus, no pasó nada con ninguna de ellas.

Pero se trataba de una mejora increíble respecto a los meses anteriores.

Durante el medio año siguiente, tuve unas setenta citas con mujeres diferentes, me acosté con alguna de ellas, y en general empecé a ver mis primeros resultados.

Aún así, todo el proceso era muy frustrante, y seguía notando que había cosas que no encajaban. Por ejemplo, seguía sin conseguir matches en Tinder, a pesar de que en aplicaciones como OkCupid me iba bastante bien. Por otro lado, la mayoría de chicas con las que quedaba eran extranjeras, no españolas, por lo que llegué a la conclusión de que simplemente no atraía a las chicas de mi país.

Debido a ello, empecé a viajar por países de Europa del Este y Asia, donde ligar por Internet era muchísimo más sencillo.


Cómo me ayudó este blog

Después de más de un año viajando por países más tradicionales, llegó el momento de regresar a España. En mis últimas semanas en Asia, tras haberme acostumbrado a un nivel muy alto de abundancia sexual, empecé a sentir un poco de miedo: ¿y si al volver a casa me quedaba otra vez sin opciones y no conseguía citas ni salir con mujeres que me gustasen?

Un día, leyendo artículos sobre cómo ligar en España, descubrí este blog. Allí encontré respuestas a algunas de las preguntas que me quedaban, como por ejemplo por qué no conseguía matches en Tinder (mi ELO score debía estar por los suelos y mis fotos eran muy malas) y por qué las chicas españolas no me hacían caso (todavía no me comportaba realmente como un hombre de estatus).

Nada más volver a Madrid, compré material de seducción de Luigi y literalmente lo devoré. Además, contraté una sesión de coaching con él en la que me contó cómo mejorar mis fotos, como hackear el algoritmo de Tinder, y cómo conseguir citas a través de la app.

Desde que empecé a aplicar sus consejos, Tinder ha dejado de ser un misterio para mí, y he conseguido quedar con españolas por primera vez en años.

Además, como comentaba al principio del artículo, he empezado a salir con una chica que me gusta especialmente, pero esta vez de manera abierta y según mis reglas.

Aunque mis resultados posiblemente jamás sean tan espectaculares como lo eran en Tailandia o Filipinas, o como los de mis amigos más guaperas, lo cierto es que por primera vez en mi vida siento que tengo de verdad el control de mi vida sentimental y sexual.

Aquellos días en los que andaba por la calle convenciéndome de que tenía que hablar con desconocidas para ligar han quedado muy atrás, y los meses de frustración sin absolutamente ningún contacto femenino también.


Qué puedes aprender tú de mi historia

El objetivo de contarte todo esto no es fardar, sino mostrarte que hasta los hombres que empiezan en una peor posición pueden conseguir resultados muy interesantes si actúan de la manera correcta. Si tuviese que quedarme con cuatro consejos para una persona que está empezando en este mundillo serían los siguientes:

Trabaja en tu físico, sin importar cómo seas. Seguir una buena dieta, hacer ejercicio, vestir bien y llevar un corte de pelo atractivo pueden hacer maravillas por tus resultados.
Asegúrate de que comprendes de verdad cómo funcionan las relaciones entre hombres y mujeres. De eso, precisamente, trata la Red Pill.
Empieza a comportarte como un hombre de estatus que sabe cómo hacer que las cosas pasen, como se dice siempre aquí.
Olvídate de abordar a mujeres en frío salvo que te gusten los retos extremadamente complicados o seas un hombre muy atractivo.

Con estos cuatro consejos, y siguiendo las enseñanzas de estilo de vida seductor, solo es cuestión de tiempo que empieces a ver en tu propia vida los resultados que deseas.

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