Hablemos de prostitución (pero de la parte de la que nunca se habla en ningún sitio)
Este es uno de los temas más peliagudos que hasta ahora hemos tratado nunca en el blog. Es uno de esos temas en los que prácticamente cualquier cosa que un hombre blanco heterosexual pueda decir al respecto, podría ser tildada de “sexista” por los fanáticos del postmodernismo y de la dictadura de la corrección política.
Y es que es un tema en el que ni ellos mismos se ponen de acuerdo. Acabo de hacer una búsqueda del tag “prostitución” en los dos portales de adoctrinamiento postmoderno más visitados de España, y hasta ahí hay artículos contradictorios.
Por un lado hay artículos en los que se afirma que ejercer la prostitución de manera voluntaria es “sex positive” y hace que las mujeres sean más libres. Incluso hay entrevistas a prostitutas en las que ellas mismas cuentan lo bueno que tiene su trabajo y dan consejos a otras prostitutas sobre cómo ganar más dinero.
Sin embargo, también hay muchos artículos que vienen a decir que la prostitución es una explotación “sexista” de la mujer y el sumun de la cosificación.
¿Y por qué se contradice de esta manera el postmodernismo?
Pues porque el postmodernismo español sigue a rajatabla todo lo que le dicta el postmodernismo estadounidense, y como allí la prostitución siempre ha estado prohibidísima y, por lo tanto, no hay debate, es como si aquí se hubieran quedado sin instrucciones que seguir, y la gente ha tenido que pensar por sí misma.
Fíjate que ni siquiera en el partido político más interesado en alimentar la guerra de sexos se han puesto de acuerdo con qué postura tomar al respecto. Así de peliagudo está el asunto.
En cualquier caso, aquí no vamos a hablar de si está bien que las mujeres que así lo deseen puedan ser prostitutas o de si este oficio debería ser prohibido. En este artículo de lo que vamos a hablar es de la parte de la prostitución de la que nunca se habla en ningún sitio.
¿Es el hombre que consume prostitución el diablo en persona?
Si hay algo en lo que la inmensa mayoría de los artículos (o reportajes de TV) sobre prostitución coinciden es en que el hombre que consume este tipo de servicios es siempre el diablo en persona. Supongo que conoces el estereotipo. Y yo no digo que no haya gilipollas profundos que se vayan de putas, seguro que los hay y muchos, pero, ¿son todos los hombres que consumen prostitución así?
En los más de 10 años que llevo trabajando en esto he podido conocer a un montón de hombres de físico promedio o del montón que me han confesado que en algún momento de sus vidas y debido a la extrema soledad que sentían acabaron recurriendo a los servicios de prostitutas. Sinceramente, nunca indagué en el tema, no hice preguntas porque me pareció algo demasiado personal, pero pasé bastante tiempo con estos hombres durante varios días y lo que sí puedo decirte es que todos ellos eran unas maravillosas personas. No me los imagino tratando mal a nadie, todo lo contrario, la mayoría de ellos habían sido unos buenazos durante toda su vida.
Por otra parte, es posible que hayas visto algún Callejeros de Cuatro sobre el tema en el que prostitutas hablaban de cómo habían cambiado los clientes en unos pocos años. Parece ser que antiguamente el cliente tipo era un señor mayor, casado, que lo único que buscaba era seguir sus instintos polígamos sin tener que tratar de ligar con otras. No lo estoy justificando, simplemente digo como era el cliente tipo.
Sin embargo, en un momento dado la cosas empezaron a cambiar y el cliente habitual pasó de ser un hombre casado de 50 años a ser un chaval de 25 a 35 años totalmente incapaz de conseguir absolutamente nada con las mujeres.
Hace un par de artículos alguien nos propuso en los comentarios un articulo sobre prostitución y yo respondí que para eso necesitaríamos que alguien se prestara a colaborar y nos contara su experiencia. Pues bien, ya tenemos ese email y a continuación voy a hacerte un resumen de lo más importante.
Un lector nos cuenta su experiencia
El lector, que no sé si quiere que usemos su nombre, por lo que vamos a llamarle Ramón, nos cuenta que a sus 35 años habrá estado con 5 ó 6 prostitutas en su vida, y que hace ya dos años que no recurre a este tipo de servicios porque a pesar de haber estado con chicas atractivas, no lo disfrutó.
Ramón nos cuenta para empezar que, no solamente se sintió humillado por el hecho de tener que recurrir a este tipo de servicios para poder conseguir un poco de afecto e intimidad con una chica, sino que lo peor muchas veces era la actitud de ellas, que algunas no eran nada sutiles y no eran capaces de ocultar el desprecio que sentían por él y por su aspecto físico.
Hablando ya de sexo, Ramón ya sabía que pagando por sexo se iba a perder lo mejor del sexo, que es la validación, o sea, sentir el deseo/ cariño/ afecto de una mujer. Sin embargo, la cosa fue peor de lo que esperaba ya que, según él, no hubo nada de besos, ni morreos o lametones, nada de caricias, y absolutamente nada de nada de lo que pudiera haberle hecho sentir mínimamente deseado.
Solo sexo mecánico, o sea, primero mamada, luego misionero, luego perrito, luego ella encima y luego te corres. FIN.
Ramón nos cuenta que todas las veces, al salir del servicio se sentía sucio, ridículo, humillado y denigrado… y sin embargo, volvió a repetir varias veces, en primer lugar porque estamos hablando de una necesidad que no tenía otra forma de satisfacer y, en segundo, porque tenía la esperanza de que alguna vez la cosa fuera diferente. Pero no lo fue.
Después de leer todo esto, le pregunté a Ramón dos cosas, la primera es cuánto pagó, porque creo que el precio debe influir bastante en el trato que recibes y, la segunda, si no tuvo ninguna buena experiencia.
Sobre el tema del precio, Ramón dice pagó entre 120€ y 150€ por una hora.
Sobre si hubo alguna buena experiencia, Ramón me aclara que por lo general las prostitutas con las que él estuvo trataron de darle un servicio agradable, sin embargo, entre que ellas siempre evitaron cualquier mínimo gesto que le hubiera hecho sentir mínimamente deseado y ciertos gestos probablemente involuntarios de desprecio, no, no puede contar ninguna de las experiencias como buena.
Y para terminar, Ramón también nos cuenta que más de una vez fue timado. Algunas prostitutas le prometieron cosas que luego, después de haber pagado, no cumplieron. Pero como en nuestro país está prohibido decir que una mujer ha hecho algo mal, simplemente lo dejamos aquí como mención y seguimos adelante.
Mi opinión
Antes de decir nada, me siento obligado a decirte que si en algún momento piensas consumir este tipo de servicios, siempre deberías asegurarte de que la prostituta que vas a contratar esté trabajando de manera voluntaria y no obligada por nadie. Mientras esto sea un pacto entre dos personas 100% libres, todo perfecto.
Entrando ya en materia, ya habíamos comentado de pasada el tema de la prostitución en aquel artículo sobre la virginidad, y ya te dije en su momento que la prostitución debería ser siempre la última opción y que, si por lo que fuera acababas recurriendo a ella, debería ser algo puntual.
Tampoco me parecería mal que lo probaras alguna vez por tener una experiencia que por lotería genética no se te permite vivir en condiciones normales. Y es que cualquier mujer puede tener sexo con un hombre de físico 10 si así lo desea, sin embargo, el 80% de los hombres jamás sabrá lo que se siente al tener sexo con una chica joven y realmente atractiva.
En cualquier caso, como te decía, hagas lo que hagas debería ser siempre un caso puntual. Esto es así porque si conviertes lo de irte de putas en rutina, es posible que te enganches a ella como si fueras un yonki con la heroína, y así va a ser muy difícil que encuentres la motivación que necesitas para trabajar en ti mismo y convertirte en el tipo de hombre por el que las mujeres sienten atracción sexual.
Ramón por suerte no se enganchó, él es, como muchos, un hombre que no es capaz de disfrutar del sexo sin validación. Pero ojo, hay muchos hombres que sí que pueden, así que cuidadito porque esto puede acabar siendo una adicción que podría llevarte a la ruina y a la soledad absoluta.
Por otra parte, creo que ha quedado claro que no todos los hombres que recurren a la prostitución son el diablo, sino que muchos son hombres promedio o del montón que no han sabido superar la situación que estamos viviendo.
Yo diría que la gran mayoría de hombres de la España postmoderna que consumen prostitución hoy día no lo hacen buscando únicamente sexo, sino que buscan algo más, buscan intimidad, empatía, caricias, besos, cariño y otras cosas más que el hombre promedio o del montón de 2022 que no ha tomado la Red Pill no puede conseguir, especialmente si es joven y vive en una gran ciudad.
Y es por esta razón por la que ahora muchísimas prostitutas anuncian entre sus servicios la «experiencia de novia» o «servicios tipo novia». Esto lo vi mencionado en desesperadostv.com y pude comprobar que es cierto. O sea, que los hombres ya no van de putas para follar o solo para follar, sino que muchos lo hacen para tratar de conseguir un poco de ese cariño, intimidad y empatía que la sociedad postmoderna les ha negado. Lo que buscan es sentir que tienen novia, aunque sea solo durante una hora y de vez en cuando.
El problema es que, por lo que nos ha contado Ramón, esa “experiencia de novia” muchas veces no es tal.
Por eso, nunca va a haber mejor opción que olvidarse de estos servicios o usarlos de manera muy puntual, tomar la Red Pill y centrase en trabajar en uno mismo para conseguir que las mujeres te deseen de verdad.
Por supuesto, si tú eliges el camino de la prostitución, yo te voy a respetar, es tu decisión, y creo que igual que no hay que estigmatizar a las mujeres que trabajan como prostitutas, tampoco habría que hacerlo con los hombres que por culpa de algo que no han podido elegir, no ven otro remedio que recurrir a este tipo de servicios. No sabes cómo me hierve la sangre cada vez que veo al típico guaperas con la caraza, el pelazo y la barbaza, colgando una foto en sus redes sociales sosteniendo un letrero que dice algo como “Los verdaderos hombres no pagan por sexo”.
¿En serio? Habría que ver qué harían ellos si tuvieran que vivir un solo día de su vida con una cara promedio. Además de que, en realidad, estos guaperas son unos hipócritas. A ellos las mujeres les importan una puta mierda, solo hacen el paripé para conseguir los likes, shares y los mensajes privados de otras mujeres.
Así que lo dicho, es tu decisión, aunque insisto, yo siempre voy a recomendarte que trabajes en ti mismo todo lo que sea necesario para conseguir ser el hombre que de verdad te gustaría ser, y que en lugar de pagar por sexo, hagas que las mujeres te deseen sexualmente… Porque de verdad, el sexo mola mucho, pero la validación que lo acompaña es millones de veces mejor que el sexo en sí.
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