Este es el mejor plan para una primera cita (NO es lo que piensas)
Después de publicar el vídeo en el que analizaba una cita del programa First Dates, en el que se pueden ver claramente las cagadas de los hombres al intentar ligar, hemos recibido un montón de mensajes de gente preguntándonos “¿por qué no vais vosotros al programa y así demostráis cómo se hacen las cosas correctamente?”.
Pues muy sencillo, porque con el tipo de cita que propone el programa es IMPOSIBLE ligarse a ninguna chica (A no ser, claro, que seas un hombre físicamente atractivo, que en tal caso, ya sabes que funciona cualquier cosa que hagas).
Y es de eso de lo que va este artículo, de romper el mito o el pensamiento erróneo que tienes en tu cabeza de que tu única opción a la hora de tener una primera cita con una mujer es quedar con ella para salir a cenar.
Si eres un hombre promedio o del montón como nosotros y quieres ligar, tienes que tener otro tipo de cita. Y si para vuestro primer encuentro la llevas a un lugar similar al que te voy a recomendar a continuación, te aseguro que vas a tener mil veces más éxito que gastando tontamente tu dinero en cenas.
¿Estás listo? Comenzamos 😉
Las citas puta mierda de Carlos vs las citas con sexo de su primo el atractivo
Recuerdo perfectamente cuando Carlos me contó su experiencia con las citas en sus primeros meses tras mudarse a Madrid (año 2009). Carlos, que es un hombre promedio como yo y en aquel entonces estaba dando sus primeros pasos en esto de la seducción, le pidió consejo a su primo sobre qué hacer en una primera cita.
Y su primo, unos años mayor que él y un pedazo de guaperas, le contó que su forma de hacer que sus primeras citas terminaran siempre en sexo era muy sencilla. Lo que hacía era simplemente llevarlas a cenar a un restaurante de nivel para impresionarlas.
Según él, después de cenar en un lugar así ellas SIEMPRE quieren sexo.
Pues así lo hizo Carlos, que tuvo que hacer un esfuerzo económico, ya que por aquellos años sólo ganaba unos 900€ al mes.
Pero él quería ligar, por lo que se puso a buscar restaurantes chulos a los que llevar a las chicas. De ese tipo de restaurantes en los que te sirven sushi o comida gourmet y al pagar la cuenta te clavan 100 pavos por una cena para dos personas.
Y sin problema, el precio de la cena daba igual siempre y cuando la recompensa fuera la misma que la que siempre disfrutaba su primo el guapo.
¿Quieres saber lo que pasó?
NADA.
Bueno sí, algo peor que nada. No solo no tuvo éxito, sino que además le tocó vivir situaciones muy incómodas.
Cuando quedaba con las chicas y las llevaba a cenar, notó que al entrar por la puerta y sentarse a cenar las chicas empezaban a sentirse muy incómodas. Y así fue como poco a poco fue dándose cuenta de la verdad.
Y la verdad es que cuando ya gustas físicamente a una mujer, si en vuestra primera cita la llevas a cenar a un restaurante caro, a ella se le van a humedecer las braguitas y va a pensar que eres un hombre súper detallista y diferente a los demás. Este era el caso de su primo.
Sin embargo, si la mujer todavía no está segura de si le gustas o no y en vuestra primera cita la llevas a cenar a un restaurante caro, lo que empieza a pasar por su mente nada más entrar por la puerta son cosas como “joder, qué marrón, este tío me ha traído aquí para impresionarme, se va a gastar una pasta en la cena y luego a cambio va a querer que pase algo…”.
En resumen, muy puta mierda todo.
Después de las tres cenas más incómodas de su vida y de 300€ tirados al cubo de la basura, Carlos decidió no hacer más el imbécil y fue cuando le contó a su primo que su táctica no le había funcionado. A lo que éste, muy sorprendido respondió: “qué raro, a mí siempre me funciona”.
Probando citas en restaurantes más baratos y pagando la cuenta a medias
Carlos tenía muy claro que NO iba a volver a invitar a cenar a ninguna mujer que, como mínimo, antes no hubiese besado. Y no solo por él mismo, sino que también por ellas. No quería ponerlas en una situación incómoda. Su intuición le dijo que si quería ver resultados diferentes tenía que hacer cosas diferentes, y así lo hizo.
Lo siguiente que probó fue llevar a las chicas a cenar a bares o restaurantes mucho más asequibles, es decir, más o menos el tipo de restaurante que simula ser First Dates.
Lo que Carlos intentaba con esto es que ellas se sintieran más relajadas, a ver si así las cosas salían mejor. Pero no, los resultados siguieron siendo nefastos. Había algo que todavía fallaba y aunque por aquel entonces Carlos todavía no tenía ni idea de lo que era, yo te lo voy a adelantar.
Da igual que la lleves a cenar a un restaurante barato o a uno caro, el ambiente que puede haber en una cena no favorece a la seducción.
En primer lugar, porque si os sentáis uno frente al otro no hay posibilidad de contacto físico, lo cual es imprescindible para crear atracción. En segundo, porque la distancia que hay entre vosotros mata cualquier posibilidad de que puedas crear tensión sexual. En tercero, porque no puedes besarla si sientes que es el momento. Y en cuarto y final (aunque podría seguir), porque no puedes llevar la conversación a un terreno sexual (no viene muy a cuento hablar de sexo mientras cenáis).
Pero Carlos no se rindió y probó una tercera opción.
Citas en un local de copas y gastando solo 4 euros
Después de todos los fiascos vividos en los bares y restaurantes tocaba probar algo totalmente distinto. Carlos descubrió que cerca de su casa había un bar tipo chill out. De ese tipo de bares que se están poniendo últimamente muy de moda, con música de fondo, las luces bajas, una buena carta de cócteles y sofás muy cómodos para sentarse.
Llevó allí a una chica que conoció una noche de fiesta y, ¿sabes qué?
FUNCIONÓ.
A partir de aquel día empezó a tener sus primeras citas siempre en ese mismo lugar, y todas las veces terminaron, como mínimo en beso.
¿Por qué funcionó?
Básicamente porque este tipo de bares están preparados para crear un ambiente intimo que favorece a la seducción. Es como si fueran locales creados expresamente para que los hombres o mujeres llevemos allí a las personas que nos gustan para hacer que las cosas sucedan.
Pero si quieres que te dé más detalles, aquí tienes una lista:
Con las luces bajas todos somos más guapos. Puede que te parezca una tontería pero no lo es, estar debajo de unos focos de luz blanca siempre hará que las cosas sean más difíciles.
El alcohol ayuda a desinhibirse y a venirse un poco arriba. Quizás ella sea tímida, quizás lo seas tú o quizás lo seáis los dos. El caso es que el alcohol siempre ayudará a que estéis más sueltos y os dejéis llevar. Eso sí, siempre con moderación.
El que haya sofás facilita mucho las cosas. Puedes sentarte junto a ella, lo cual es crucial para el contacto físico, y lo más importante, para poder besarla.
En un ambiente tan íntimo como este es muy fácil llevar la conversación a un terreno sexual, besarla y terminar teniendo sexo ese mismo día.
Pero ojo, debes ser tú el que haga que las cosas sucedan.
Porque si la llevas a uno de estos locales pero luego te cagas en los pantalones y no actúas como ella espera que lo hagas. Luego, cuando ella llegue de vuelta a casa lo que se va a decir a sí misma es “si al final no ha terminado pasando nada con este chico es no me siento atraída por él… no le volveré a ver…”.
No te estoy diciendo que debáis tener sexo el mismo día sí o sí, pero lo que sí te digo es que, como mínimo, deberías ir a por ello. Hoy en día vivimos en la llamada «cultura del polvo», en la que cuando una mujer y un hombre se conocen y se atraen, lo primero que hacen es tener sexo.
Si ella espera esto de ti y tú no estás a la altura, has perdido. Y si tener sexo ese día no es lo que quiere, tranquilo, que también te lo dejará muy claro.
Conclusión
Es algo que vamos a tener que repetir una y otra vez: Lo que les funciona a los guapos para ligar NO nos funciona a los que somos hombres promedio o del montón. Nosotros tenemos que hacer las cosas de una manera diferente y siempre nos lo vamos a tener que currar más para conseguir los mismos resultados.
Pero oye, la buena noticia es que podemos conseguir los mismos resultados.
Espero que si has llegado hasta aquí, nunca más vuelvas a pensar que tu mejor opción para una primera cita es llevarla a cenar. Aunque eso sí. Tampoco quiero que pienses que está prohibido salir a cenar. Como ya te he dicho, cuando a ella ya le gustas, puedes hacer lo que quieras.
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