Hoy toca la duodécima entrega de la saga preferida por los lectores de ESTILO DE VIDA SEDUCTOR, la saga sobre los errores de estatus que te impiden ligar. Un artículo en el que vamos a ver errores que hasta ahora no habían aparecido en anteriores entregas, por lo que te recomiendo que lo leas.

La historia fue enviada a través de nuestro formulario de contacto por un lector que se puso el pseudónimo de Pepín. Si tú también tienes algo que contarnos, ya sabes 😉

Y si eres un hombre promedio o del montón y en ocasiones sientes que, a pesar de que lo hagas todo perfecto nunca tienes un final feliz, te recomiendo que sigas leyendo… quizás es que no lo estabas haciendo todo tan bien como pensabas…

Te dejo con Pepín.

La historia y los errores de Pepín

Me pasó algo raro en mi última cita (lleva pasándome algunas veces y no sé por qué). La chica (diría que es un 7,5) se acercó a mí poniéndose a pocos centímetros de mi cara a enseñarme y a explicarme fotos de su móvil mientras no dejaba de sonreír y tararear una canción tonta.

Entonces, con seguridad, sin titubeos, le dije que se había puesto muy cerca y que me estaba poniendo nervioso y que tenía que besarla. Le di un beso en la boca pero ella no me correspondió besándome a mí, simplemente seguía sonriendo y tarareando ahí parada siguiendo mirando el móvil sin recular ni por un momento.

Después le dije que me diera un beso en la boca mientras le rodeaba con el brazo y (sin recular ni quitarme el brazo) sonriendo, me dijo que no, que sin tener sentimientos no hacía eso y que en público no (estábamos en la terraza de un bar).

Ella siguió ahí sin recular nada, pasando fotos mientras tarareaba y me explicaba cada una ellas. Le dije que ya no podía concentrarme en lo que me estaba diciendo, que ella me estaba poniendo a mil. Después le dije que había venido a follármela. Sonriente y con mirada picarona me dijo que no, que ella sin tener sentimientos por el chico no follaba con él.

Sonriente le dije que era una estrecha.

Después nos fuimos de la terraza y mientras caminábamos seguí insistiendo en que me diese un beso en la boca. Pero nada, ella igual, sonriendo me decía que no, que sin sentimientos y sin conocer al chico, que no hacía eso. Pues nada, cuando nos despedimos, por fin nos dimos un pico aunque sea.

Dos días después le volví a escribir. No me ha contestado.

A la cita fui con unos vaqueros rotos grises de pitillo y con una camiseta negra sin mangas, enseñando mis decentes bíceps y tríceps desarrollados en el gym. Tengo un cuerpo más o menos musculoso, marcado; no tanto como un culturista pero estoy bien trabajado. Mido 180 cm calzado, la chica era igual de alta. Soy blanco. De cara soy un 7 o 7,5.

La cita antes de decirle lo del beso fue natural: Hablamos de nuestras cosas, la cualifiqué, hablé con seguridad, el contacto físico fue bien y no demostraba incomodidad por su parte y cada vez se acercaba más a mí. En ningún momento hubo silencios incómodos; todo fue bien, con naturalidad.

No le dije de hacer planes futuros con ella ni la alabé por su físico en exceso. Dos días antes, para concretar la cita, le escribí por el whatsapp lo justo y necesario, no estuve hablando horas con ella; le contesté tardando lo mismo o más que ella tardaba en contestarme.

Entonces, ¿en qué mierda fallé? A veces pienso que aunque hagas las cosas bien, no depende de ti. No es que hayas fallado tú, es cosa de ellas. No sé, ¿Qué pensáis de mi caso? A mí solo se me ocurre que no le gusté físicamente (en la cita ella no me dijo nunca que fuera guapo).

Eso o que simplemente que el lugar no fue el adecuado para tener la cita (la terraza de un bar). O puede que esté haciendo algo mal y no me haya dado cuenta todavía.

Muchas gracias,
Pepín

Mi opinión

Pepín, antes de empezar, repetir lo que siempre digo en este tipo de artículos. Obviamente yo no estuve allí, por lo que lo único que puedo hacer es darte mi opinión basándome en la información que compartes con nosotros.

Por otro lado, hay una situación en tu relato que no acabo de entender del todo y es lo de que la chica tarareaba canciones mientras estábais en la cita. A mí nunca me ha pasado nada parecido pero, sinceramente, si en una cita una chica se pone a ver fotos y a tararear canciones mientras tú estás hablando con ella, la impresión que me da es que ella no tiene demasiado interés en ti.

Puede que no tuviera interés desde el inicio o que lo perdiera después de que le mostraras ciertos comportamientos de bajo estatus, pero desde luego que no me parece buena señal. Aunque ya te digo, me cuesta imaginarme la situación. Nunca he vivido nada parecido.

Pero bueno, dejando esto aparte, vamos a meternos de lleno en la historia.

Lo primero que no me encaja nada es la siguiente frase, “con seguridad, sin titubeos, le dije que se había puesto muy cerca y que me estaba poniendo nervioso y que tenía que besarla”. ¿Te das cuenta de la contradicción?

O sea, ¿con seguridad le dijiste que te estaba poniendo nervioso? ¿Se puede poner uno nervioso con seguridad? A priori esto no tiene mucho sentido.

Y es verdad que cuando ella ya te percibe como un hombre de estatus, o sea, un hombre muy seguro de sí mismo, lo de decir que te pone nervioso puede dar juego, porque por un lado, tu actitud y lenguaje corporal dicen que no lo estás, pero por el otro, le dices que estás nervioso… es una forma de flirteo y ellas suelen responder con un “venga ya… ¿nervioso tú?… no me tomes el pelo… jajaja…”.

Pero insisto, esto solo puede funcionar bien (como flirteo o tonteo) cuando ella ya te ve de esa manera. Si le dices que te estás poniendo nervioso cuando a ella todavía no le gustas, lo más seguro es que se crea que te estás poniendo nervioso de verdad, y eso no le va a poner nada cachonda.

Pero uno de los errores más graves vino después, cuando mientras le rodeabas con el brazo le pediste un beso.

Esto es una gran cagada, y es que pedir un beso es algo muy needy, es de hombres que no se atreven a ir a por ello, es lo que hacen los hombres que siempre acaban en la zona de los amigos, y si lo haces y ella no te encuentra físicamente muy atractivo, lo más seguro es que automáticamente pases a estar dentro de la friendzone.

Los besos jamás se piden, los besos se dan, obviamente, siempre dejando que ella tenga la opción de rechazarlos si así lo desea, pero debes ser tú el que vaya a por ese beso.

E insisto, con esto no digo que pedir un beso no vaya a funcionarte nunca, porque podría funcionarte si le gustaras físicamente, pero por lo que parece, no fue el caso.

Luego le dijiste que habías acudido a la cita para follartela… y Pepín, debo decirte que no puedes decirle eso a una chica después de que haya rechazado besarte. De verdad que está fuera de lugar.

Decir esto después de un rechazo suena a desesperación, además de que podrías haberla puesto muy incómoda. Lo que debes hacer si ella te hace la cobra es no darle ninguna importancia, cambiar de tema y seguir pasándolo bien, y si ella también sigue pasándolo bien, más tarde podrás volver a intentar el beso.

Pero decirle que te la quieres follar después de una cobra (o de rechazar tu petición de beso)… no es la mejor manera de comportarse.

Y luego viene la que considero que es la mayor cagada, que es decirle tras su rechazo que es una estrecha.

Cuando una mujer nos rechaza es posible que sea un test, y es la reacción a ese rechazo lo que puede hacer que ella cambie de idea y desee besarte o que te acabe descartando por completo y para siempre. La manera correcta de actuar tras un rechazo es mostrar que no te importa en absoluto, ya te lo he dicho, debes cambiar de tema, seguir pasándolo bien y observar cómo actúa ella.

Por contra, lo peor que puedes hacer tras un rechazo es mostrar reactividad. Un hombre que se muestra molesto tras un rechazo no es un hombre sobrado de opciones, sino que es percibido como todo lo contrario. Apostaría a que el 99,99% de los hombres del mundo que llamaron “estrecha” a una chica tras un rechazo, no acabaron teniendo NADA con ella. NUNCA.

De verdad, da igual que se lo dijeras sonriendo, llamarla estrecha fue un comportamiento de muy bajo estatus.

Y es más, diría que no existen mujeres estrechas. Lo que hay son mujeres a los que no les gustamos por nuestro físico o por nuestro comportamiento (o por ambas cosas), pero no son estrechas.

Después de encadenar unos cuantos errores muy graves nos cuentas que seguiste pidiéndole que te diera un beso, lo cual fue otro error, pero bueno, a esas alturas ya todo estaba perdido.

Al final de la cita ella te dio un pico que, supongo, fue para terminar cuanto antes con la despedida y, obviamente, nunca más la volviste a ver.

Y para terminar enumeras un montón de cosas que hiciste bien, pero claro, si haces todo eso bien pero luego cometes errores de estatus tan graves como los que te acabo de comentar, las probabilidades de final feliz son casi inexistentes.

Conclusión

Dices “A veces pienso que aunque hagas las cosas bien, no depende de ti” y… ¡tienes toda la razón!, de ahí nació la filosofía ABC, que supongo que ya conoces.

Nosotros lo único que podemos hacer para tratar de tener las máximas posibilidades posibles de éxito es hacer las cosas de la manera correcta, es decir, comportarnos como hombres de estatus que saben cómo hacer que las cosas sucedan, y luego ya serán ellas las que decidan.

Pero también es importante que nos aseguremos de que estamos haciendo las cosas bien, porque, como ya te he dicho, en tu relato hay errores de estatus muy graves.

Y que sepas que el error de pensar que lo estás haciendo todo perfecto cuando en realidad no es para nada así, también es muy común. Yo también lo cometí en su día y, por suerte, me di cuenta de ello a tiempo (antes de rendirme) y pude rectificar.

Así que nada, Pepín, siendo físicamente un 7,5 como dices, con unos pequeños cambios en tu comportamiento estoy seguro de que no vas a tener ningún problema.

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